Milan Kundera (01/04/1929 – 11/07/2023) y Vaclav Havel (05/10/1936 – 18/12/2011)
La muerte es un pérfido comercio, que nos sorprende al principio, pero con el tiempo, nos acostumbramos a ella.
La muerte de un bardo es triste para sus seres queridos, para aquellos que se encantaban con sus poemas y para aquellos que comparten su idioma cantado. Kundera encarnaba a este bardo de la región de Moravia, desgarrado entre los extremos bárbaros del siglo XX, entre el nacional-socialismo y el estalinismo.
Un reciente artículo1, prudentemente incompleto, de Martin Stepanov, arroja un poco más de luz sobre la carrera de Milan, mal amado, incomprendido y misántropo, y sobre el conflicto entre Havel y Kundera.
La obra de Kundera sigue siendo un arte sensual, europeo, universal o católico, ligeramente erótico e incluso misógino… La obra de Havel es intelectual, abstracta, positivista, inclusiva, globalizadora, y seca…. Dos mundos, dos ideologías que desgarraron la moderna Checoslovaquia, ambos autores luchaban por el mismo lugar bajo el sol, ambos eran productivistas, incluso marxistas en términos filosóficos, Havel en privado, Kundera en colectivo.
Nosotros, quienes sobrevivimos al final del fascismo, al comunismo y a la instalación de las democracias oligárquicas globales, y vivimos en la Época Formidable, sabemos que la vida está en otro lugar: al final del camino hacia uno mismo donde también encontramos al otro sin necesariamente convencerlo, forzarlo o convertirlo… La cultura checa continuará subsistiendo a pesar de la llegada de la era de las tinieblas.
