¿El cine encerrado en un Museo?

Cine : nueva adquisición del museo de arte

¿Cine encerrado en un museo? Qué idea ! Sin embargo, es en este lugar singular donde se encuentra la exposición actual ¡Por fin el cine! en el Museo de Orsay. El 18 de noviembre Dominique Païni, comisario de la exposición, abordó esta cuestión durante una conferencia titulada «¿Qué lugar para el cine en el museo?» «, junto con Florence des Cars, ex directora del Museo de Orsay y actualmente directora del Museo del Louvre.

Al entrar en el museo, el cine adquiere una nueva facultad: la de hacer historia del arte dándole una nueva perspectiva. Si el cine ha podido ver la luz, de hecho, es porque se inscribe a la perfección en la investigación que tuvo lugar en el siglo XIX. Gracias a pintores como Caillebotte o Monet, el público se acostumbra a ver nuevos sujetos, desprovistos de cualquier pretexto mitológico o histórico, que representan la realidad en movimiento. El séptimo arte encuentra aquí la oportunidad de inscribirse en la modernidad.

No obstante, a diferencia de otras artes, el cine no es un objeto. No puede amueblar un museo. Henri Langlois, sin embargo, aceptó el desafío creando la Cinémathèque française en 1936. Un museo dedicado al cine que concentra copias de películas, carteles, disfraces, decorados, etc. Es un lugar de proyección, conservación y restauración. De esta forma, el cine se convierte en una obra de arte al igual que la pintura, con la diferencia que el pensamiento sobre él evoluciona constantemente con los cambios provocados por los sucesivos cineastas. Por tanto, un arte conmovedor.

Al colocar este nuevo medio en el centro de una exposición, el museo lo compara con las otras artes. La exposición permite comparaciones que el cine no podría haber hecho solo, y luego nos hace pensar en la porosidad de las artes dentro de una misma época. A través del prisma del cine, podemos ajustar nuestra visión del mundo y su evolución.