Crónica de un aniversario 40 + 1

Postergado el cuarenta aniversario por la pandemia se celebraba homenaje a las galerías impulsoras y más presentes históricamente de la Feria, como la de Helga Alvear y Elvira González. En ella, compartían espacio y se celebraba, en un primer día, una vuelta a la normalidad que enseguida se vio enrarecida por un rumor venido por las noticias desde Ucrania. De hecho, al día siguiente el monarca no acudió a la inauguración oficial por la nueva situación bélica dada en Europa.

Los proyectos de artistas eran todos de mujeres. Tendencia ya normalizada y que compensa la histórica desventaja de género. Apuesta decidida de Arco por esta reparación, en una feria con mucho peso de mujeres galeristas. En ella, destacaba María María Acha-Kutscher, en la galería ADN, con sus “Indignadas”. Serie de carteles para convertirse en iconos de la revolución feminista en curso, que María María toma de imágenes de protestas en la prensa.

La polémica, un tanto descafeinada, era la operación de negación genital de Winny Mynerva. En Arco está lo que la institución arte, seleccionado por las galerías, quiere que esté, luego las instituciones públicas compran para sus museos. En este caso, recordaba otra utilización del aparato sexual femenino llevado a cabo por Rocio Boliver en la Casa de América en 2008, infinitamente superior tanto por la audacia irreverente, como por la forma de utilización de su propio cuerpo. También era un acto de negación sexual, en parte, aunque en todos los casos siempre queda un poso, en esa búsqueda del escándalo.

Arco presumió de ventas. Instituciones públicas y fundaciones privadas invirtieron en la feria de la recuperación. Quedó atrás la anterior de 2021, que se vio triste y de la que se llegó a decir que no se debía de haber celebrado. El Ministerio de Cultura compro para la colección del MCACRS la obra de Ibarrola “Amnistía”, que ilustrará la época del tardofranquismo para sus colecciones.

Esta era la Feria de la recuperación y así se quiso vivir, pero una negra sombra se cernía sobre todos. Otra catástrofe se hacía noticia. Y las polémicas de Arco quedaban aún más vacías que las clásicas de siempre.

Luis Sotillos Serrano